lunes, 31 de mayo de 2010

mas alla


¿Y si nos vamos anticipando de sonrisa en sonrisa hasta la última esperanza?
¿Y qué?
¿Y qué me das a mí,
a mí que he perdido mi nombre,
el nombre que me era dulce sustancia en épocas remotas,
cuando yo no era yo
sino una niña engañada por su sangre?

¿A qué, a qué

este deshacerme,
este desangrarme,

este desplumarme,
este desequilibrarme

si mi realidad retrocede como empujada por una ametralladora
y de pronto se lanza a correr,

aunque igual la alcanzan, hasta que cae a mis pies como un ave muerta?

Quisiera hablar de la vida.

Pues esto es la vida,

este aullido, este clavarse las uñas
en el pecho,
este arrancarse
la cabellera a puñados,
este escupirse
a los propios ojos,
sólo por decir,

sólo por ver si se puede decir:

"¿es que yo soy?
¿Verdad que sí?

¿No es verdad que yo existo
y no soy la pesadilla de una bestia?".
Y con las manos embarradas golpeamos a las puertas del amor.
Y con la conciencia cubierta de sucios y hermosos velos, pedimos por Dios.
Y con las sienes restallantes de imbécil soberbia tomamos de la cintura a la vida
y pateamos de soslayo a la muerte.

Pues esto es lo que hacemos.

Nos anticipamos de sonrisa en sonrisa hasta la última esperanza.


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